¿Se puede cambiar el destino?

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¿Se puede cambiar el destino? Esta es la pregunta que muchas de las consultantes de algunas de las tarotistas y quiromantes del momento. Y no es una pregunta extraña, en realidad. Sobre todo si tenemos en cuenta que las artes adivinatorias se basan en el hecho de que hay un futuro que se puede predecir. Es entonces cuando nos asaltan las dudas: si se puede adivinar lo que ocurrirá mañana, ¿es porque ese mañana ya está dibujado y su forma no puede alterarse? Trataremos de dar una respuesta satisfactoria a todas estas cuestiones en este artículo.

Qué es el destino

Una de las muchas definiciones que se maneja para un concepto tan complejo e influyente como el destino es esta: se trata de una fuerza que va más allá de lo natural y que tiene influencia directa sobre los seres humanos y sobre los acontecimientos que les sucederán a lo largo de su vida. Según esta definición, el destino estaría compuesto por una cadena de hechos inevitables que no podrían cambiar por mucho que nos esforzásemos.

Sin embargo, hay otras acepciones de este término que tienen mucho más que ver con un concepto alternativo. ¿Has oído hablar del libre albedrío? Se conoce con ese nombre a la libertad humana de pensar y actuar de tal manera que sean esos actos y pensamientos los que definan el destino de cada uno.

Algunas corrientes filosóficas, demasiado rígidas, sostienen que destino y libre albedrío son términos contradictorios, pero esto no es verdad.

Destino y libre albedrío: dos caras de la misma moneda

Enunciado de esta manera, quizá te parezca contradictorio. ¿Cómo pueden ser dos caras de la misma manera la libertad de elección y aquello que está escrito y que no puede cambiarse? Sin embargo, te aseguramos que nuestro punto de vista tiene todo el sentido. 

Todos los seres humanos están de acuerdo, al menos, en lo siguiente: toda acción conlleva una reacción; es decir, unas consecuencias. Estas pueden aparecer inmediatamente o dilatarse en el tiempo. No importa cuando seamos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, lo cierto es que fueron aquellos actos los que las provocaron. Un ejemplo simple, pero ilustrativo: si una persona come de manera poco saludable y no hace ejercicio, lo más probable es que desarrolle sobrepeso y problemas de salud. Dependiendo del organismo de cada uno, esas consecuencias aparecerán antes o después, pero en algún momento lo harán. Ahora, si la misma persona come de manera saludable y va al gimnasio dos veces a la semana, lo más probable es que no engorde y que su salud sea razonablemente buena durante mucho tiempo.

En ese ejemplo vemos como libre albedrío y destino se combinan: cuando una persona actúa de una determinada manera, influye en su destino porque está lanzando hacia el futuro las consecuencias de los actos que lleva a cabo en el presente.

Entonces, ¿se puede cambiar el destino?

La respuesta es, por supuesto, positiva. Podemos influir en el futuro de manera radical hasta el punto de que nuestro destino quede totalmente alterado. ¿Qué sentido tendría si no consultar el tarot, leer las líneas de la mano o trabajar con el péndulo?

El sentido último de las artes adivinatorias no es decir a los consultantes lo que pasará de manera irrevocable. Al contrario. La función de las tarotistas, brujas y adivinas es mostrar los diferentes caminos posibles para alcanzar una meta. Todas las metas existen de manera potencial en el futuro de cada uno de nosotros. Depende en buena medida de nuestra actitud y de nuestras decisiones doblegar los mimbres del destino para alcanzarlas.

Por ejemplo, cuando una persona pregunta por su futuro amoroso, ninguna tarotista le dirá tajantemente que será afortunada o que se quedará sola para siempre. Lo que sí le dirá es qué debe hacer para tener más probabilidades de que su destino sea el primero o el segundo.

El destino y el azar, una pareja imprevisible

Acabamos de decir que el destino se puede cambiar. Que depende de la actitud de cada persona dar forma a su propio futuro para que se parezca lo máximo posible a sus sueños. Pero en algunas ocasiones la actitud y el trabajo no lo son todo. La suerte también juega un papel importante en todo esto. De la misma manera que la energía que desprende el entorno. 

El hecho es que el ser humano no vive aislado, sino que se relaciona al cabo del día con muchas personas. Todas ellas disponen del mismo libre albedrío, todas llevan a cabo acciones que tienen consecuencias. Por lo tanto, todos y cada uno de los habitantes del planeta está cambiando su destino cada día, en cada momento. De ahí que el azar juegue un papel fundamental en la configuración del futuro. Un papel que los profesionales de las diferentes artes adivinatorias pueden descifrar. Por eso en ocasiones lo mejor que puedes hacer es abandonar un determinado ambiente familiar, de amistades o de trabajo.

En Infobrujas estaremos encantadas de ayudarte a mirar tu futuro cara a cara y convertirlo en lo que desees.

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